El punto de partida del fenómeno del hip hop en nuestro país se puede establecer con el estreno de las películas “Beat Street” (84) y “Breakdance” (84), esta última con su secuela “Electric Boogaaloo” (85). La proyección de estos films, junto a la influencia de los jóvenes negros americanos que residían en nuestro país, fue el inicio de una moda en el baile y en la forma de vestir. Este estilo de baile llegó mucho antes que otras manifestaciones del hip hop. En la mitad de los 80 era habitual observar reuniones de breakers a ritmo de discos de funk y disco. La estética se caracterizaba por zapatillas con lengüeta por fuera, cordones anchos, chandals, cintas de pelo, guantes,… En ciudades como Barcelona, la zona de Universidad era lugar de reunión habitual de breakers.
Algunos adelantados, y gracias a contactos en el extranjero mediante amigos o viajes traían cintas con los sonidos que estaban sonando en EE.UU. Se empezaron a conocer los discos de gente como Run DMC, Grandmaster Flash, L.L.Cool J, Kurtis Blow… En Madrid la zona de reunión de breakers era Nuevos Ministerios, lugar de encuentro de los chavales de distintos barrios para demostrar sus habilidades y sus conocimientos. El sentimiento de movimiento se empezaba a sentir.
Por otro lado, y totalmente ajeno al hip hop, un mensaje se hacía inevitablemente repetitivo en los muros y mobiliario urbano de Madrid desde 1981: Muelle, un joven de la periferia, músico y mensajero, fue el primero en estampar su firma por toda la ciudad. Pronto surgieron imitadores, “escritores” de pintadas o firmas (por aquel entonces no se conocía el graffiti tal y como hoy lo entendemos).
En cuanto a la radio, algunos programas y emisoras, jugaron un papel muy importante para la difución de los primeros discos de L.L.Cool J, Run DMC, Whodini, Lisa Lee, Double Trouble… por primera vez sonaban sonidos de hip hop en programas como los de Radio Torrejón, Radio Vinilo Radio España Radio Iris y Radio Luna.
La actividad cada vez era mayor en los barrios periféricos de Madrid y Barcelona y un sello independiente, Troya, se lanza a grabar el primer disco de rap hecho en español. La idea surge a raíz de un reportaje aparecido en la revista “Sur Expres”, el disco se titularía “Madrid Hip Hop” (89) y recopilaba los temas creados por los primeros grupos del hip hop madrileño: QSC, DNI, Estado Crítico y Sindicato del Crimen. El disco en su día fue un bombazo. Las compañías multinacionales huelen el filón y se lanzan a buscar grupos de forma impulsiva.
El grupo más destacado por estilo, actitud, prestigio e innovación era Jungle Kings, esta formación atesoraba con diferencia la mayor calidad y profesionalidad.
El hip hop se convierte en pasto de todo tipo de reportajes en cualquier tipo de publicaciones, se trataba de la penúltima moda, y la TV, la prensa y la radio se encargaban de engordar el momento a base de estereotipos infantiles, que no hacen otra cosa que desprestigiar todo el movimiento.
Muchos grupos desaparecen, sus integrantes se disgregan y todo parece algo difuminado.
En Alicante, en el verano de 1993 se celebra la primera gran macro-jam de hip hop para alzar nuevamente este estilo a lo más alto. Esta concentración reunión un gran número de grupos y solistas de gran calidad. Todo un éxito. En el año 1994 se produce un acontecimiento importantísimo en esta historia, El Club de los Poetas Violentos publica su disco “Madrid Zona Bruta”, un hito en la historia del rap nacional, grabado en el primer sello especializado en estos sonidos, Yo Gano, el disco es todo un éxito, supuso un antes y un después, es el primer disco de rap real en España, crudo y duro.
La historia en estos momentos la están escribiendo los grupos y sus discos, ellos son los que tienen el poder de colocar el nivel del hip hop nacional en el punto que se merece.
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